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jueves, 20 de junio de 2013

Semana de la Ciencia V: Exoplanets. Worlds beyond our solar system

¿Somos nosotros, los humanos, los seres más inteligentes del cosmos? ¿A caso no somos los únicos moradores del Universo?

Preguntas similares aparecen cada día, que además, aumentan gracias al uso de nuevas tecnologías que no dejan de ser extraordinarias.

La existencia de vida en otros planetas ha sido siempre una incógnita sin respuesta concreta. Al margen de apariciones de presuntos platillos voladores, inexplicables figuras en el suelo de la Tierra y testimonios de fanáticos, nada ni nadie, podía hasta hoy, dar fe de que no estamos solos en el Universo.

Revisando todas y cada una de las pruebas de las que se disponen actualmente, los científicos han ido estableciendo diferentes hipótesis a cerca de una de las preguntas más formuladas a lo largo de la eternidad, ¿estamos solos?

El adjetivo grande, aplicado a ciudades como Japón, Nueva York, etc. deja de tener un sentido al lado de algo tan colosal como es el Universo. Me atrevería a decir, que resulta incluso abrumador plantearse la idea de encontrar vida más allá  de lo que podemos ver, de la terrícola.

Yo, Carmen Sánchez Fernández, seré vuestra guía y juntos haremos un efímero recorrido por lo que conocemos, y lo que nos queda por conocer, desde el primer exoplaneta que se descubrió y las distintas instituciones que se encargan de investigar “el exterior”, hasta ver las condiciones que se supone que deben existir para que un planeta sea habitable.

Después de aclarar algunos conceptos, por fin, llegaremos una parte totalmente innovadora, hipotética, fruto de mi imaginación. ¿Cómo sería la vida en un exoplaneta basada en el silicio y planteada según mis propias ideas? Si queréis descubrirlo….

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No es otra mi intención que ayudaros a hacer del Universo algo más adecuado a nuestra escala real, algo que podamos albergar aunque solo sea en la mente.

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Semana de la Ciencia IV: Muerte a Manta

¿Sería posible una séptima extinción? ¿Sería posible que hubiera fósiles vivientes?

La vida en el planeta Tierra está condenada a la extinción, al menos eso es lo que nos aseguran los científicos. Ellos han puesto datos a esta afirmación. Se estima que desde que surgió la vida en la tierra el 99.3%, más de 4 millones, de las especies que la han habitado se han extinguido ya.

La desaparición de especies es un proceso continuo, pero cada tanto, millones de años, se dan circunstancias que hacen que el número de especies que desaparezcan sea mucho mayor. Estos instantes de cataclismo vital sobre el planeta no duran segundos si no que se pueden extender durante millones de años. Los científicos afirman que ha habido seis grandes extinciones a lo largo de toda la historia, y que cada una fue producida por distintas causas, como el vulcanismo, impactos de asteroides, grandes glaciaciones, e incluso hay quien afirma que alguna de ellas se produjeron por causas extraterrestres...

De igual modo, la labor de los científicos ha permitido conocer que hoy en día hay animales que habitan la Tierra desde hace millones de años, por lo que para ello han debido sobrevivir a las diferentes extinciones masivas que se han producido. Son lo que se conoce como fósiles vivientes.

La pregunta que cabe hacerse es si en las próximas fechas, hablamos siempre de escala geológica, se va a producir una extinción masiva y cuales serán sus causas. Hay diversas teorías de científicos que dicen que dentro de unos 100 años aproximadamente podría haber una séptima extinción, provocada por la actuación del ser humano. Otros científicos aseguran que esta séptima extinción ya está en curso y que el ritmo de desaparición de especies ha aumentado rápidamente a partir de la industrialización humana. Esto es, todo apunta a que la especie humana es la causa principal de esta próxima extinción. Entonces, ¿deberíamos sobrevivir a ella o sucumbir ante nuestro propios actos?

La innata curiosidad humana nos invita a preguntarnos por cómo era la vida que se extinguió en un momento dado, por qué se produjo la desaparición de todas esas especies. La mera muerte de algunas de esas especies ofrece tantas interrogantes como las que podríamos plantearnos acerca de los supervivientes; ¿Quienes eran? ¿Qué tenían de especial para no ser los elegidos? ¿Fue adaptación al medio o mera casualidad? ¿Es válida la teoría de la evolución de Darwin en este tipo de escenarios donde la muerte campa a sus anchas por toda la faz de la Tierra?



En la charla que Nerea Lara Hernández impartió el 6-6-2013 se plantearon todas estas cuestiones y se trató de dar respuesta a algunas de las preguntas  relacionadas con las extinciones de las especies más famosas de la historia de la Tierra, los dinosaurios.

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Semana de la Ciencia III: Tesla vs. Edison. Nuevo Método para el Control de la Población Reclusa


Sniff Sniff. ¿A qué huele? ¿Alguien ha quemado algo?

    La silla eléctrica había fallado esta vez. Willie Francis gritaba “¡Quítenmelo, quítenmelo! ¡Déjenme respirar! ¡No me estoy muriendo!”.

     Como tantas veces después, la silla eléctrica, método de ejecución que fue adoptado por muchos estados, no había sido bien instalada. En algunos casos, las cabezas de las víctimas ardieron o el transformador se quemaba y el ejecutado permanecía gritando de dolor en el suelo hasta que lo “arreglaban”. Este sistema fue elegido por ser un método “más humano” que la horca, las crucifixiones, etc., pero, ¿lo era realmente? Nadie puede decirlo. Dos electrodos, uno en la cabeza y otro en la pierna, transmitían al condenado dos choques eléctricos que duraban varios minutos; al principio con mayor voltaje, pretendiendo causar la inconsciencia, y reduciéndolo después con el fin de evitar que se quemase.

   
    ¿Quién creó la silla eléctrica? ¿Por qué? Pues resulta que, la silla eléctrica, fue inventada por Harold P. Brown, un empleado de Edison a quien este contrató para investigar la corriente alterna y construir algo que disuadiera a la población de su consumo, de manera que el mercado eléctrico siguiera siendo su monopolio.
   
    La competencia la suponía una nueva compañía eléctrica, la Westinghouse Electric and Manufacturing, cuyo propietario era George Westinghouse, novato en el negocio, por lo que basó su empresa en los trabajos y patentes de Nikola Tesla. Estos apostaban por la corriente alterna, que podría transportarla a largas distancias debido a que, a diferencia de con la corriente continua, con esta no se producían pérdidas de energía por culpa del calor. En la corriente alterna podía modificarse con un transformador de corriente, aumentando el voltaje y disminuyendo la intensidad (ya que P = VI, siendo P la potencia, I la intensidad y V el voltaje y la alta intensidad la que produce las pérdidas). En cambio, Thomas Edison defendía la corriente continua, por lo que vio amenazado su sistema. Esta rivalidad, que provenía de los tiempos en que Tesla trabajaba para Edison, se conoció como “Guerra de las Corrientes”.

    Añadiendo a esto último el hecho de que el congreso estadounidense había creado un comité para elegir un nuevo método de ejecución, Edison vio una gran oportunidad para convencer a la población del peligro de la corriente alterna y a los congresistas de que era mucho más útil para controlar la población reclusa. Para demostrarlo, Harold mató a varios perros y gatos, incluyendo a un elefante de circo, frente a la prensa.










Fue la enemistad entre dos grandes genios, Edison con sus más de mil patentes y Tesla, a veces considerado científico loco, quien aportó tanto a la ciencia, la causante de la invención de tan monstruoso aparato.

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miércoles, 19 de junio de 2013

Semana de la Ciencia II: Breve Historia del Tiempo

¿Serán posibles los viajes en el tiempo? ¿Y Los universos paralelos? Las respuestas a estas preguntas las buscan los científicos con ayuda de los telescopios y la física teórica.
Desde el inicio de la civilización, el hombre se ha sentido atraído e intrigado por el cosmos. Las ideas sobre el espacio que nos rodea son tan viejas como la humanidad. Las historias y vídeos sobre el universo siguen asombrándonos igual, o más, que el primer día.
Desde el primer telescopio de Galileo hasta los más recientes telescopios espaciales, como el Hubble, el Kepler o el James Webb, la astrofísica ha proporcionado a los científicos multitud de datos que, debidamente analizados, han dado pie a las más apasionantes e inimaginables teorías.
En nuestros días, la teoría del Big Bang sobre el inicio del universo es ampliamente aceptada por la comunidad científica, aunque no siempre fue así. Se ha llegado a tener una idea bastante detallada de como nuestro universo se fue formando desde su diminuto origen.
El cosmos, tal y como se encuentra hoy, está compuesto por una serie de cuerpos de diferente naturaleza y en distinto estado de formación. Sin embargo, no podemos comprender el universo sin hacer una breve visita a estos objetos.
Para completar esta breve visión del universo nada mejor que un repaso a las nuevas teorías, aun no comprobadas, sobre nuestro espacio (¿infinito?). Incluyendo los posibles finales que según la ciencia nos podría deparar un futuro muy, muy lejano.
Hablando de estos temas, la presentación que se celebró el día 5-6-2013 e impartida por Ana Martínez Lapaz, alumna de 4° ESO,  nos permitió  viajar por nuestro universo detenernos a observar lo más curioso de él.

La presentación que aparece más arriba muestra diversos temas, desde el origen del universo hasta su posible muerte. Además de otras teorías muy interesantes.
Una de las teorías más sorprendente es el viaje en el tiempo a través de los agujeros de gusano, que podríamos definir como atajos en el tejido espacio-tiempo. Sin embargo, la teoría que posibilita los viajes temporales sólo permite viajar al futuro, pero nunca al pasado. ¿Cómo podríamos regresar? Y... ¿Dónde, o mejor dicho, cuándo, lo haríamos?
Los multiversos, o universos paralelos, es una teoría muy estudiada y polémica entre los científicos. ¿Tendremos un yo equivalente a nosotros pero en otro universo distinto? ¿Podremos conocernos?
Esta, y otras eternas cuestiones, serán resueltas algún día por la ciencia.


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martes, 18 de junio de 2013

Semana de la Ciencia I: Tormentas en el Vecindario

Quizás te haya arrasado un tornado. O que un huracán haya visitado tu casa y su ojo se haya instalado placenteramente en el jardín, al lado de la piscina. Quizás haya sido una tormenta la que has visto y te ha alucinado.
Puede que a tu familia le haya sucedido algún suceso tormentoso, es decir, relacionado con las tormentas. Ya sabes, tormentas eléctricas, esas molestas tormentas que hacen ruido y luces azuladas y blancas, resplandecientes y luminosas, capaces de alterar al más mínimo humano, que se remueva y que tenga miedo.

Pues bien, una tormenta así la hemos sufridos muchos, diría también que todos los que estamos sobre la superficie terrestre. Nuestra sólida corteza terrestre se ve alterada, mojada y perturbada, en muchas ocasiones, por este tipo de tormentas. No es nada personal, pero no entiendo cómo la gente tiene miedo a estas tormentillas.

Me apasionan las tormentas, me gustan, no tengo remedio, y esa curiosidad despertó mi interés científico. El interés por saber algo más de ellas y de compartir esos conocimientos con vosotros. Pero, ¿por qué limitarme a las tormentas terrícolas? ¿Por qué no ir más allá y descubrir lo tormentoso del clima de nuestro vecinos más cercanos?



Las tormentas terrestres son poco más o menos que abuelitas dando un cómodo paseo que les permita controlar la hipertensión o el azúcar. En nuestro vecindario, el sistema solar, se producen fenómenos atmosféricos que podrían considerarse auténticos pandilleros, gente chunga que puede meterte en un buen lio. Lo que ocurre fuera de nuestra atmósfera son tormentas de verdad, nada de miseria.Tormentas con vientos de más de 1000 km/h, de una extensión superior a la de la propia Tierra.


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martes, 30 de abril de 2013

Crónicas de la Sed

Año 2137

El hombre hace tiempo que perdió la condición de humano, o al menos todo aquello que en su tiempo fue denominado como humanidad. El homo sapiens, presumiendo aun de inteligencia, deambula por paisajes desiertos e inhospitos mientras busca refugio en pequeñas islas vegetales, fuertemente militarizadas, que exhiben su poderio hídrico en forma de densas nieblas con cada amanecer y cuantiosas precipitaciones en forma de lluvia a la hora del té. Estos acuíferos oásis serán el equivalente futuro de las presentes potencias petroleras. Recuerdos de un frondoso pasado.

La piel reseca por la acción del viento y el implacable sol que le golpea desde la más tierna infancia, desde el mismo nacimiento. Viento sediento de agua y alimentado por polvo que barre las calles de las antiguas ciudades convertidas en esqueletos de hormigón y vidrio donde malviven los hambientos despojos cárnicos, escualidos cuerpos, de quienes no pueden beber más de un litro de agua al día. Los nuevos pobres de hoy son los viejos ricos de ayer.

El momento de dar a luz es el instante de mayor crueldad. En ese preciso instante, la naturaleza hecha hembra, arranca al recien nacido del liquido que le rodea, que le recuerda a su instinto, algo que hace tiempo que el mundo olvidó, su origen acusoso. Será la última vez que el individuo que está por venir a este mundo disfrute de un entorno tan humedo y sano, que pueda bañarse en un solución acuosa y dejar que la piel se le arrugue por el exceso de tiempo pasado a remojo. Se acabaron esos 9 meses, en el caso de los humanos, de humedad. Con el nacimiento se abrirá ante sus ojos la ruina de este mundo futuro, realidad que se transformará en un aliento seco que hinundará sus pulmones acartonándolos. Y con ese primer aliento, ahogado por el primer llanto, también se producira otra primera vez, el primer golpe de tos. Tos seca, como lo es el aire, con la que habrá de concluir hasta el fin de los días, hasta que por fin venza la deshidratada naturaleza del siglo XXII y nos transforme en polvo, o cenizas.

Hubo un tiempo en el que no se le dió importancia, no se valoró lo suficiente, el hecho científico de que el agua era el origen de la vida. Hasta la misma expresión, "el agua es el origen de la vida", fue repetida como un mantra por todos los humanos que habitaban la Tierra, aunque muy pocos sabían su verdadero significado. Hoy, los pobres, beben su propio sudor, su única fuente de hídrica, buscan en el mercado negro el líquido que ya no sale de los grifos. La venta de placentas como fuente de hidratación se ha convertido en un lucrativo negocio controlado por las grandes corporaciones y la mafia, son el mismo perro con distinto collar, con placentas de recien paridas.

La tierra, herida por la mano del hombre y por su inagotable sed de recursos, muestra las cicatrices de lo que antes fueron rios y lagos, lagunas y manantiales, ahora secos o convertidos en fuentes de muerte. Aguas teñidas del rojo carmesí de quienes lucharon por ella. Aguas arcoiris por las películas de aceite cuya interferencia luminosa revela en ellas el veneno que atesoran. Aguas  hediondas, pestilentes, con olor a muerte y sabor a derrota. ¿Qué quienes son los derrotados? Sus descendientes son los derrotados. Los suyos y los de cada hombre y mujer que anduvo por el planeta Tierra en el funesto siglo XXI.


No fueron pocas las voces que alertaron a los antiguos del futuro que nos deparaba el exceso de consumo y la mala gestión de los escasos recursos hídricos del planeta. Incluso se estableció el día mundial del agua, el 22 de marzo de cada año, vano intento gubernamental por llamar a la atención a la población del problema que se avecinaba. Tampoco se asustaron por las crudeza de las cifras que anunciaban a gritos la magnitud del problema:
* 1,100 millones de personas carecen de acceso al agua.
* 2,600 millones de personas no disponen de servicios de saneamiento.
* Millones de personas, normalmente mujeres, dedican hasta cuatro horas al día a buscar agua.

¿A qué se debió todo esto? La razón última es única, la ruptura del eterno ciclo del agua, pero las causas que lo produjeron fueron multiples. El desecado de inmesas masas acuáticas en pos del mal entendido progreso, la deforestación masiva de las masas arbóreas ecuatoriales y boreales, el malgasto y contaminación del agua dulce (sólo el 3% de las aguas de la Tierra eran aptas para el consumo humano), el exceso de consumo energético y el posterior calentamiento global afectó a los ciclos naturales de las corrientes oceánicos, y con ellos a la cantidad y forma de las precipitacones en forma de lluvia a escala global, la sobreexplotación de los acuíferos subterráneos de los que llegó a extraerse más de 15 veces la cantidad de agua que era devuelta al acuifero en forma de aguas de retorno (lluvia, riegos...).
No era la primera vez que ocurría, ni la primera vez que se sufría las consecuencias de su ausencia. Ya entre el 800 y el 1000 d.c., los mayas, debido a ligero calentamiento global de una décima de grado, tuvieron que olvidarse su forma de vida y abandonar sus ciudades porque sus dioses les habían dado la espalda. Dejaron de regar sus campos con su oro azul, viviendo en sus propias carnes el poder destructor de la ausencia de ese precioso maná. Una escasez tan grande que incluso murieron de sed las impenetrables selvas tropicales. La civilización maya, en pleno esplendor, quedó practicamente destruida y sus habitantes tuvieron que migrar de las prosperas ciudades a las zonas rurales. La sobreexplotación de los acuíferos de Oriente Medio por parte de sus moradores, antiguamente nómadas, fueron los resonsables de que el desierto se tragara la ciudad de Ubar convirtiéndola en la Atlántida de las arenas.

La llegada de los 80's del siglo XX trajo consigo la mercantilización del agua, por un lado, y por otro los vanos intentos de algunos, pocos, políticos de poner cota a los intentos especulativos de las empresas privadas de acaparar la gestión del lado. Los máximos exponentes de esta nueva corriente mercantil, a nivel político, fueron Margaret Thatcher y Ronald Reagan bajo cuya ferrea batuta dirigían los devenires financieros del mundo dando a conocer nuevos solistas, muy aplaudidos por el neoliberalismo, entre los que cabe destacar el concepto del agua como bien económico. Así a partir de entonces, como condición previa, el Banco Mundial exige la privatización del agua a los paises en vías de desarrollo a los que presta su ayuda, inyectando en sus respectivos sistemas circulatorios monetarios la salvación a costa de hipotecar su futuro. Paradójicamente, esta práctica llevada a cabo por el Banco Mundial obliga a algunos de los paises africanos más secos del mundo, hidricamente deficitarios, a exportar su agua y cumplir religiosamente con sus acreedores. Este espertuoso sistema alcanzó su cenit durante la que se puede considerar la primera guerra del agua moderna. Esta guerra se libró en Cochabamba (Bolivia), entre los meses de enero y abril del año 2000, y el detonante fue la privatización del sistema de abastecimiento municipal de agua. La privatización del agua (incluso del agua de lluvia, cuya recogida por parte de un paricular requería de la correspondiente licencia administrativa), en favor de la empresa muntinacional Betchtel, promovida por el Banco Mundial y el nuevo presidente electo, antiguo dictador, Hugo Banzer, trajo consigo un encarecimiento desproporcionado del agua, a lo que siguieron una serie de protestas de la población local, que reclamaban el acceso justo y barato a su propia agua, y la desmedida respuesta del ejercito boliviano cuya acción dejó un muerto y 170 heridos.
La creación del concepto del agua como bien económico y el interes despertado en la multinacionales por el control de su gestión, obligó a cambiar la fotografía geopolítica refeljando aquella nueva realidad. Brasil, Cánada y Rusia eran entonces las nuevas superpotencias, sustituyendo así a Estados Unidos y China, y el agua hacía las veces de petroleo. La zona que descansaba sobre el acuífero guaraní, compartido por Brasil, Argentina y Paraguay, se convirtió en el nuevo Oriente Medio donde las antiguas superpotencias mundiales, con Estados Unidos a la cabeza, jugaban una nueva partida de ajedrez bélico asentando bases militares que le posibiliten asegurarse mediante el fantasma armado su trozo del pastel agua, la misma táctica que ya le había servido para controlar el agua canadiense de la cuenca del rio Yukón. Donde antes se luchaba por petróleo ahora se mataba por unas gotas de agua pura. Se pasó del oro negro al oro azul sin preocuparse por el color de las víctimas que las nuevas guerras dejaban a su paso.

"Si existe voluntad para la paz, el agua no será un impedimento. Si se desean razones para luchar, el agua ofrecerá amplias oportunidades", palabras pronunciadas por Uri Shamir, uno de los encargados de negociar el proceso de paz entre palestinos e israelís en Oriente Medio, parecieron pronosticar lo ocurrido en aquella región, donde el agua era para muchos un regalo del cielo, para otros, con el Banco Mundial a la cabeza, una cuestión económica cuyo precio estaba aun por fijar, pero para todos un recurso estratégico cuya gestión debía ser cuidadosamente estudiada e incluida dentro de cualquier acuerdo de paz que pudiese acabar con el conflicto en la zona. Algo se podía haber aprendido porque entre el año 1950 y el 2010 la conflictividad en la zona aduciendo razones relacionadas con el agua había llevado a combates en 37 ocasiones, y en 27 de ellas se enfrentaron Isarel y Siria a proposito del control de las aguas de los rios Jordán y Yarkum. Algo parecido ocurria en India o China (donde incluso el ideograma chino para el agua también era el de control)  con las aguas del Indo y el Yang-Tse, aunque en este caso la comunidad internacional prefería vender estas guerras por el agua, pero que tuvieron lugar en las llamadas regiones en desarrollo, maquillándolas de conflicto religioso y tiñéndolas con la semántica de las guerras tribales.

Ahora, en el 2137, necios hipócritas, el pasado nos ha alcanzado y nos hace pagar el precio de nuestros errores. El cielo azul es solo un recuerdo, una ilusión perdida que alimenta el imaginario colectivo. Este cielo, polvo en suspensión, es la herencia que nos dejaron nuestros antepasados. Conscientes de las consecuencias de nuestros errores nos queda nada más que preguntas sin respuestas. ¿Cómo no escuchamos las señasles de alerta? ¿Qué problema era más importante que el del agua? ¿Cómo podríamos haberlo evitarlo? ¿Qué podrías haber hecho tú?

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En un país multicolor

Resulta curioso la relación que los gobiernos en los que ha participado Mariano Rajoy tienen con las mareas, será por su ascendencia gallega. Cuando aun no era más que un ministro se las tuvo que ver con la marea negra del Prestige y sus famosos "hilos de plastilina". Aquello supuso también para el gobierno del PP, comandado por D. José María Aznar, la primera marea social contra Mariano Rajoy y la gestión de un accidente que había manchado con el famosos chapapote gran parte del litoral de la Costa da Morte.
Pero de eso hace ya muchos años, y los restos de aquella marea se fueron diluyendo en la vasta inmesidad del padre océano y en la mala memoria de Cronos, el llamado Dios del tiempo, que parece estar aquejado de alzheimer. Sin embargo, desde hace algo más de un año, Mariano Rajoy, capitan de la nave España, y su tripulación, han conseguido marear a gran parte de la sociedad española a fuerza de seguir el rumbo económico dictado por alemania, comandante en jefe de la flota europea. Añadido todo ello al oleaje de indignación sufrido por la población española al ver que el buque zozobraba. Las políticas del gobierno del PP han fabricado sus propios Prestiges aunque esta vez de diferentes colores, que el negro, aunque viste mucho, también está asociado a luto, a la muerte, y ya saben lo que dice el refrán "a mal tiempo buena cara".
El arcoiris que componen estas manifestaciones recorre toda la gama cromática. Así tenemos mareas verdes, para defender la educación pública,  amarillas, en defensa del sistema público de bibliotecas, blancas, que tratan de mantener viva la sanidad pública, azules, que lucha por una gestión pública del agua, naranjas, contra la desmantelación de los servicios sociales públicos, rojas, que reclama soluciones efectivas al problema del desempleo pero defendiendo los servicios públicos de empleo y violetas, que combate contra los recortes en políticas públicas de igualdad.
Manifestaciones se han producido casi en cualquier punto de la geografía española pero ha sido en Madrid donde éstas han sido más multitudinarias, algo lógico si tenemos en cuenta que es la ciudad más poblada del país y que es allí donde se encuentran las máximas autoridades del estado y los que dicen son los espacios de representación del pueblo. Sin embargo, desde Madrid, con la delegada del gobierno Cifuentes a la cabeza, se ha montado un dispositivo de desprestigio hacia la legítima manifestación ciudadana, tachando a quien lo hacia de intentar destruir la estructura del estado. Eliminando a quien se hacía eco de las opiniones de personas que no estaban de acuerdo con el ideario del partido popular. Victimas de esta caza de brujas fue la radiotelevisión pública española, que había alcanzado las cuotas más altas de audiencia de su historia moderna y que gozaba de prestigio internacional gracias a su pluralidad. Con la crisis de deuda de verano de 2012 se acabó con las voces más beligerantes con la acción del gobierno, unas voces que atacaban al gobierno desde la retaguardia, RTVE. La guerra dejó importantes cadáveres periodísticos como Juan Ramón Lucas, Ana Pastor o Javier Gallego, tachados de sensacionalistas y populistas.
Lejos de amilanar a los manifestantes con la presencia de las fuerzas de seguridad del estado en cada acto público, las mareas, el movimiento 15M, la Plataforma Antideshaucios o el Democracia Real Ya, coordinados a través de las redes sociales, parecen haber crecido y enraizado profundamente en el imaginario popular, que los ve, en muchos casos, como el único recurso que le queda para conservar algo de lo que se en su día se consideró el estado del bienestar. El derecho a manifestarse libremente es eso, un derecho, y como tal debemos ejercerlo, pero sin olvidarnos de nuestros deberes como ciudadanos.

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Un invento desafortunado


El enfrentamiento entre Edison y Tesla dio lugar a una terrible invención: la silla eléctrica
El pasado mes de enero, Robert Gleason, un asesino del estado de Virginia, se convertía  en la última víctima de la silla eléctrica, un macabro artilugio que surgió fruto de la enemistad entre dos de los más grandes inventores de su tiempo: Thomas Edison y Nikola Tesla.
Gleason, condenado por asesinato desde 2007, rechazó la inyección letal y pidió la electrocución como medio de ejecución de su pena de muerte, dando continuidad a la invención que fue desarrollada por Harold P. Brown, uno de los empleados de Edison. La infernal máquina utilizaba la corriente alterna y no la corriente continua que había desarrollado Edison y se cree que surgió como un intento de éste para desprestigiar a su gran competidor en la guerra de las corrientes, el extravagante Nikola Tesla.
La pena de muerte no era nueva. De hecho, tiene su origen en las venganzas de las tribus por la ofensa del clan contrario, antes incluso de la existencia de las ciudades estado sumerias. Las  formas de ejecución han ido variando, desde la muerte en la hoguera, la guillotina, la crucifixión, hasta métodos que son considerados menos dolorosos, tales como la inyección letal, el ahorcamiento, la decapitación o el fusilamiento, que fueron los más utilizados en el año 2011, según Amnistía Internacional.
Pero es la silla eléctrica la que ocupa uno de los lugares más terroríficos y está en el imaginario colectivo gracias al cine y la televisión, medios en los que ha sido protagonista en decenas de ocasiones. El ejecutado recibe dos descargas eléctricas con las que se dañan irremediablemente sus órganos vitales.
La silla eléctrica fue inventada alrededor del 1880, año en el que se desarrolló la llamada “Guerra de las corrientes”, que, como decíamos, consistió en una lucha por el control del mercado eléctrico entre Thomas Edison, a favor de la corriente continua (CC), y Nikola Tesla, bajo el mecenazgo de George Westinghouse, valedor de la corriente alterna (CA). La primera tenía importantes desventajas, como la que tenía que ver con el transporte a largas distancias, ya que se producían grandes pérdidas de energía en forma de calor, perdidas asociadas a las altas intensidades de corriente necesarias.
Con la corriente alterna, sin embargo, el transporte no era un problema, pues no son necesarias intensidades tan altas y se minimizan las pérdidas en la transmisión. Edison, temiendo que la población prefiriese la corriente alterna, contrató a Harold Brown, uno de sus empleados, para crear la silla eléctrica. Se organizaron “espectáculos” en los que electrocutó a perros y gatos para advertir del peligro de la corriente alterna para disuadir a los asistentes y autoridades de su uso en favor de la corriente continua, del que Edison era valedor. En respuesta a esto, Tesla, expuso su cuerpo a la corriente alterna sin sufrir ningún daño; el truco estaba en que la intensidad de corriente que recorría su cuerpo era muy baja, no tenía nada que ver con la magia o la brujería. Esto dejó a Edison sin argumentos, y a las autoridades penitenciarias con una nueva y moderna herramienta para reducir la población reclusa.
No es más que una muestra de la excentricidad de Nikola Tesla, cuya biografía ha sido recientemente narrada por Jean Echenoz en su novela Relámpagos (Anagrama, 2012). En sus páginas podemos conocer al científico de origen austrohúngaro y a su socio Westinghouse.  De este binomio llama la atención su complementariedad. Mientras Tesla mostraba un carácter extravagante y con tendencia a la ruina económica, Westinghouse tenía excelentes dotes para los negocios y era suficientemente visionario para patentar los inventos de su socio. Tesla, distraído por sus muchas excentricidades, como la admiración al número 3, la iluminación del desierto del Sáhara para que los extraterrestres pudieran comprobar que había vida inteligente en la Tierra, o el uso intensivo de 18 (múltiplo de 3) servilletas con cada comida, le impidió recordar cosas más mundanas, básicamente patentar sus propios inventos, como el primer control remoto o la radio (posteriormente atribuida a Marconi), o desarrollar algunas de sus ideas, como las que tenía sobre robótica o física atómica. Suponemos que no se puede estar en todo.


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Jaque a Einstein (I): Neutrinos superlumínicos

Era septiembre de 2011, la prensa amarilla de la física de partículas consiguió, por fin, un titular digno de los tabloides. Einstein se equivocaba y existían partículas, concretamente los neutrinos, que podían viajar más rápico que la luz. Los resultados del detector OPERA, situado en Gran Sasso (Italia), no dejaban lugar a dudas, la velocidad de los neutrinos era un 0.002%, esto es 60 nanosegundos (1 segundo quivalen a 1000.000.000 nanosegundos) superior a la velocidad de la luz, el límite máximo teórico. La teoría de la relatividad de Einstein quedaba puesta en entredicho, y con ella toda la física de partículas.

La noticia corrió como la polvora. El temor a que él propio Einstein se hubiera equivocado obligó al propio director del CERN (Organización Europea para la Investigación Nuclear), Sergio Bertoluci, a declarar que el suceso estaba siendo investigado y que se reproducirían los experimentos de OPERA en diferentes centros de Japón y Estados Unidos para poder así confirmar la existencia de neutrinos superlumíncos. Bertoluci, como muchos otros, apostaba por un error experimental, aunque este error llevaba ya cometiéndose más de tres años, el tiempo que llevaba OPERA midiendo los neutrinos llegados desde Ginebra, sede del CERN, a 730 kilómetros de distancia.

Las elucubraciones sobre el posible error experimental no se hicieron tardar, no era de un don nadie de quien se estaba dudando si no del mismísimo Einstein. Había quien afirmaba, no era la primera vez, ya le había costado la cabeza a más de un físico, que la fisica no era más que el resultado de unos pocos trucos de magia, brujería, y que la existencia de los neutrinos superlumínicos no hacía más que poner en evidencia el derroche económico realizado en la última centuria en pos de la justificación experimental de la entelequia de un físico aleman bigotudo y con los pelos a lo afro. Otros, más sensatos, decidieron que era el momento de revivir viejos seres de la física de partículas y afirmaron que la neutrinos superlumínicos eran en realidad taquiones, partículas hipotéticas hasta la fecha que se moverían a mayor velocidad que la velocidad de la luz en el vacío y que no podrían ir a una velocidad menor, es decir, que llegarían al detector OPERA antes de haber sido emitidos. Otra posibilidad que se barajó fue la de que los neutrinos  viajaran en otras dimensiones, para las que los 730 kilómetros que separa Ginebra de Gran Sasso sean menos, a las que si que daba cabida la teoría de cuerdas.

¿Qué sucedió en realidad? Como en tantas otras ocasiones, la explicación más sencilla era la válida. El hallazgo de los neutrinos superlumínicos de OPERA se debió a una mala conexión realizada en un cable de fibra óptica, el cable estaba en perfecto estado. Responsables del CERN informaron que ese cable era el encargado de transportar la señal esmitida por los satelites GPS hasta el relog central de OPERA, que mide el tiempo con una precisión del nanosegundo, la milmillonésima parte de un segundo. Este error habría hecho que el tiempo de vuelo del neutrino, desde Ginebra a Gran Sasso, fuera más corto que el tiempo real, es decir, que hubiera viajado más rápido.
Así que el error en un cable puso en jaque a toda la física de partículas asentada sobre la teoría de la relatividad general de Einstein. Afortunamente fue sólo un error y sirvió para demostrar el espiritu crítico de la comunidad científica ya que, lejos del sensacionalismo de la prensa, se unieron para determinar si había o no un error en el experimento que justificara los resultados o si esos resultados eran ciertos y Einstein estaba equivocado.

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Jaque a Einstein (II). El bosón de Higgs



"Yo... he visto cosas que vosotros no creeríais: Atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto rayos C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán... en el tiempo... como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir". Este es el famoso monólogo con el que Roy Batty anticipa su final como replicante en Blade Runner (Ridley Scott, 1982).
Eso mismo es lo que sucedió con la búsqueda del Higgs hasta su descubrimiento. Peter Higgs, en los años 60 y en un artículo cuya publicación fue inicialmente rechazada, predijo la existencia de una partícula, un bosón, que permitía explicar el mecanismo por el que el resto de las partículas elementales adquirían su masa. Sin embargo, la predicción de la existencia teórica no encontraba ningún resultado experimental que lo sustentara, lo que propició el desarrollo de unas de las carreras científicas y tecnológicas más apasionantes de la historia. La carrera del Higgs solo es comparable a la carrera espacial que enfrentó a los Estados Unidos y a la extinta Unión Soviética por llevar al primer hombre a la luna.
La búsqueda del Higgs impulsó la física en dos direcciones contrapuestas, la del desarrollo de la tecnología necesaria para poder encontrarlo algún día y la exploración de nuevas teorías que permitieran a la física superar el problema de su no existencia, lo que obligaría a aumentar la ya de por sí variada fauna de partículas elementales. La no existencia del Higgs, sin embargo, sí que tenía graves consecuencias y entre ellas la obligación de que los fotones tuvieran masa y por tanto la posibilidad de que la teoría de la relatividad general de Einstein, piedra angular de toda la física moderna, estuviera equivocada.
Afortunadamente, el CERN, utilizando el gran colisionador de hadrones (LHC), conocido también por la comunidad científica como "el señor de los anillos" debido a su gigantesco tamaño, la máquina más grande jamás realizada por el hombre, y mediante los detectores ATLAS y CMS, confirmó en marzo de 2013 lo que ya se aventuraba a la luz de los resultados obtenidos con los mismos dispositivos a mediados de 2012, que se acababa de descubrir el mítico bosón de Higgs. Evidentemente un logro así no se consigue de la noche a la mañana ni por inspiración divina, sino que lleva mucho esfuerzo y tiempo, por parte de muchas personas, el ser capaces de hacer hallazgos como éste.
¿Qué supone el Higgs en nuestras vidas? A bote pronto parecería que nada, pero estudiando con detenimiento algunas cuestiones podemos enumerar algunos aspectos fundamentales que nuestra querida partícula resuelve con su sola presencia.
1) Por un lado, quizás el más importante, la existencia del Higgs justifica el origen de la masa a través del campo asociado a él, el llamado campo de Higgs. Este campo de Higgs inunda todo el universo haciendo que cuando una partícula lo atraviesa ésta gane masa de la misma manera que un nadador ganaría masa si en lugar de bañarse en una piscina de agua limpia y cristalina lo hiciera en un lodazal.
2) La existencia de Higgs supone válido el modelo standard de partículas, es decir, el modelo físico que permite explicar muy bien el universo de las cosas muy, muy pequeñas. Para este modelo, el bosón de Higgs, suponía lo que el arca de la alianza o el santo grial para Indiana Jones, era el eslabón perdido de la teoría evolutiva de la física de partículas.
3) El universo se rige por cuatro únicas fuerzas, la fuerza nuclear fuerte, la nuclear débil, la electromagnética y la gravitatoria, que se supone que en el momento del Big Bang convivían en perfecta armonía. Pero después de aquella explosión todo cambio y la relación entre estas fuerzas se hizo algo más complicada quedando cada una de ellas ligada a diferentes partículas fundamentales. Sin embargo, desde el siglo XX, los físicos teóricos han querido hallar el pegamento que unificaría estas cuatro fuerzas. Los físicos más brillantes de la historia, Einstein y Feynmann incluidos, se han devanado los sesos para buscar una explicación teórica, y posteriormente experimental, que permitiera reunificar las fuerzas fundamentales, aunque ninguno lo ha conseguido hasta hoy. Pues bien, nuestro querido Higgs permite unificar a la perfección la fuerza electromagnética, ligada al fotón, y la fuerza débil, asociada a otros dos bosones más, los bosones supermasivos W y Z. Los gluones son los responsables de la fuerza nuclear fuerte y el gravitón de la fuerza electromagnética.
4) No todas las ventajas que tiene el descubrimiento del bosón de Higgs tienen que ver directamente con la física. Cara a la opinión internacional, sobre todo en estos momentos de crisis, el descubrimiento del Higgs da por bien empleado el dinero invertido en la construcción del LHC, unos 10 billones de euros.
5) Por último, el descubrimiento del bosón de Higgs permitirá conocer si realmente, como aseguran algunos cosmólogos, el universo, tal como lo conocemos hoy, está condenado a la desaparición y sólo nos queda esperar, como a nuestro querido replicante, que el tiempo nos alcance. La masa del Higgs juega un papel crítico en la previsión del futuro del espacio-tiempo, ya que si la masa de nuestro bosón es aproximadamente 126 veces la masa del protón, el universo en el que no hemos criado es fundamentalmente inestable y como tal desaparecería mediante un gigantesco cataclismo. Quizás haciendo ciertas las palabras de Roy Batty en Blade Runner: "Y los ángeles ígneos cayeron. Profundos truenos se oían en las costas ardiendo con los fuegos de Oro". Pero todos, incluso los más agoreros que ven en ello la constatación física del bíblico apocalisis, podemos estar tranquilos porque esto no sucederá, en el caso de que así sea, hasta dentro de billones de años, cuando todos, replicantes y humanos, hayamos dejado de existir.

Sin embargo, la existencia del Higgs no resuelve todo los problemas de la física de partículas, por así decirlo, el bosón de Higgs también tiene sus sombras. Aún quedan pendientes algunos aspectos muy importantes, aunque quizás el más importante sea el de la partícula que lleva asociada la fuerza gravitatoria, el conocido como gravitón, o la determinación del origen y composición de la materia y energías oscuras que aparentemente ocupan el 95% del universo y de las que aun hoy sabemos muy poco. La existencia del bosón de Higgs no explica si todas las dimensiones físicas que vemos, las tres espaciales y el tiempo, son todas las que existen.

Pese a todas estas dudas existenciales, y a la luz de los descubrimientos realizados, esto es, no existen neutrinos superlumínicos y si existe el bosón de Higgs ha de considerarse a la teoría de la relatividad la piedra rosetta de la física de partículas, la brújula que guiará nuestros pasos. Quizás, como epitafio a este artículo, debamos dedicarle a Einstein las mismas palabras que Deckard, en Blade Runner, dedicó a Roy Batty, ya muerto: "No sé por qué me salvó la vida. Quizá en esos últimos él amó la vida con más intensidad que nunca, no sólo su vida, la de cualquiera, mi vida. Y lo único que quería eran las mismas respuestas que el resto de nosotros: ¿de dónde vengo?, ¿a dónde voy?, ¿cuánto tiempo me queda? Todo lo que podía hacer era quedarme allí y verlo morir".



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